Crimen perinatal: una cuna para el final adiós | Sociedad

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Natalie Claytor y Manuel Moreno perdieron a su hijo Oliver en noviembre de 2020, el pasado viernes donaron al hospital de Jerez la segunda ‘cuna’, una cuna fría que protege el cuerpo de los recién nacidos para que los padres puedan saludarlos.JUAN CARLOS TORO

Los recuerdos que tienen Manuel Moreno y Natalie Claytor de su hijo Oliver se limitan a los 40 minutos en los que lograron tenerlo en brazos. Tras la muerte perinatal de su bebé (ocurrida entre la semana 22 de gestación y los siete primeros días de vida), esta pareja de Chiclana de la Frontera (Cádiz) donó cunas frías a los hospitales de Jerez y Puerto Real que preservan la salud del bebé difunto para que los padres puedan saludarlo sin prisas ni presiones. Con ellos pretenden mejorar los protocolos hospitalarios para duelos tan invisibles que ni siquiera tienen una pauta médica oficial y estandarizada.

Los padres recuerdan cada detalle de aquel 24 de noviembre de 2020 en el que vivieron «los peores momentos» de su vida, como asegura Moreno, unas horas antes de confirmar que su bebé había muerto en la semana 36 de gestación. Oliver nació en un parto sin epidural -no dio tiempo- en el hospital de Puerto Real, en plena tercera ola de covids que obligaba a los padres a entrar en trance sin el apoyo de familiares y amigos. “Me dijeron: ‘tómate tu tiempo y llámanos ya’. Me pusieron al bebé en los brazos”, recuerda Claytor. Además, los profesionales del hospital invitaron a la pareja a hacerse fotos con él como recuerdo y, al alta, les entregaron un sobre con la huella del bebé, la fecha de nacimiento, su gorro y la tarjeta de contacto de una asociación de apoyo al duelo perinatal.

Aunque Claytor destaca el trato “sobrehumano” del hospital, reconoce que durante esos 40 minutos con Oliver, que vivía en la misma sala de partos, se sintió perdida: “No teníamos información de a qué teníamos derecho. Te dicen que puedes despedirte, pero no por cuánto tiempo». Los padres no recibieron asistencia psicológica ni seguimiento especial después del alta. La madre, de hecho, no se sintió preparada para abrir el sobre que le dieron hasta hace un año después y necesitaba asistir a sesiones con una psicóloga privada para superar el duelo. Tampoco el contexto social se lo puso fácil. Después de verla embarazada durante meses en la academia de inglés que dirige, pocos se atrevían siquiera a preguntarle cómo estaba. «Una mirada, un toque hubiera sido suficiente», dice Claytor. «Yo no quería ese silencio, quería hablar de mi hijo», agrega Moreno.

Consciente de todas las carencias que tiene el proceso del duelo perinatal, la matrona del hospital jerezano Aroa Vaello decidió crear en 2019 la asociación Matrioskas. “Si la profesional se equivocó fue por falta de formación, no por falta de voluntad. Vi esa necesidad y la de la memoria”. Durante este tiempo, la entidad y la Asociación Andaluza de Matronas consiguieron sensibilizar a sus compañeros y crear o mejorar pautas de atención en diversos hospitales de la provincia de Cádiz y resto de Andalucía. Este es el caso de los cinco centros de Cádiz que ya están inmersos, desde 2017, en un proyecto estratégico de investigación e innovación para abordar la muerte gestacional y neonatal en Cádiz.

Sin embargo, las carencias siguen siendo evidentes para las muertes perinatales que se producen a razón de 4,05 por cada 1.000 nacimientos, según datos del INE. No existe un protocolo asistencial unificado -ni en la comunidad ni en el país- y son los centros los que individualmente avanzan para romper lo que Vaello considera un «tabú» sociológico y cultural, que no existe en otros países como Reino Unido. “Hasta el profesional siente miedo. No tenemos esa preparación psicológica ni social previa al duelo”, explica la matrona. “En nuestro país todavía se cree que la solución es silenciarlo, aunque estemos avanzando. Familias como Natalie nos enseñan cómo sobrellevar su dolor y qué podemos mejorar. Estos niños no tienen el reconocimiento de estar en el Libro de Familia. Cuando nacen muertos, se inscriben en un expediente del Registro Civil, llamado expediente de aborto, donde hasta hace poco ni siquiera se les podía nombrar. Además, no entran en el cómputo de los hijos, no se les reconoce como tales, ni se les reconoce como padres, lo que dificulta aún más el duelo”, especifica la matrona.

Manuel Moreno y Natalie Claytor junto a los médicos profesionales del hospital de Puerto Real (Cádiz), con motivo de la donación del primer
Manuel Moreno y Natalie Claytor junto a los profesionales médicos del hospital de Puerto Real (Cádiz), con motivo de la donación de la primera «cama de abrazo», el pasado jueves.PUEBLO

Después de vivir todos estos obstáculos, Claytor y Moreno entendieron que algo tenían que hacer para mejorar, al menos, la primera fase del duelo. La respuesta le llegó a la madre mientras miraba la serie. Ámsterdam, en la que uno de los protagonistas utiliza una cuna fría que sirve para preservar al niño mientras los padres lo saludan. “Cuando alguien que conoces muere, tienes un recuerdo. No tienes nada de él. Ese primer momento es el único momento que tendrás”, explica Claytor.

La pareja fundó la asociación. El legado de Oliver y, a través de ella, iniciaron un proceso de recaudación de fondos –en línea, a través de donaciones directas e incluso pequeños sorteos, para donar una cuna fría a cada hospital. Esta misma semana entregaron los dos primeros en los centros de Puerto Real y Jerez y ya tienen casi 3.000 euros que costará un tercero, que probablemente entregarán en el hospital Puerta del Mar de Cádiz. Junto a ellas, Matrioskas las acompaña en el proceso para que el nacimiento no se quede en un simple regalo, sino que sirva como un hito en la implementación o mejora de los protocolos de cada unidad de maternidad. “Será una prueba piloto para todos”, dice Vaello.

para poder decir adios

La llegada de los belenes fríos a Puerto Real y Jerez ha venido acompañada de la reciente creación de salas de despedida, señalizadas con el logo de una mariposa azul que el personal utilizará para reconocerlo. Son habitaciones relativamente apartadas, con ventanas al exterior, luz indirecta, decoración sencilla y cálida, cambiador y baño para el niño fallecido, según ha explicado este viernes la delegación de salud de la Junta de Andalucía en Cádiz. El espacio servirá, según explica la propia institución, para que los padres puedan “expresar sus sentimientos y saludarse a su manera”. “Invito a los padres a vestirse con su ropa, a despedirse, a un pequeño ritual oa cantarle. No es lo mismo hacerlo en el frío de una cama de parto mientras te suturan que en una habitación sin prisas y con unas herramientas que invitan a hacerlo”, añade Vaello.

En este nuevo entorno, las llamadas «cunas de abrazo» donadas por Manuel Moreno y Natalie Claytor atenderán principalmente a madres que tienen que pasar por una cesárea, están en cuidados intensivos o atraviesan un parto complicado que las obliga a pasar un tiempo sedadas. “O si pilla a la pareja en el trabajo y no tiene tiempo de llegar”, como apunta el progenitor. Por ello la pareja está dispuesta a continuar con las donaciones, para dar cobertura a todos los hospitales andaluces y, posteriormente, españoles. “Es la belleza que tiene una herencia, que no tiene fin”, interviene el padre emocionado.

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