Ley de familias 2022: Belarra propone un permiso retribuido de siete días al año para cuidado de familiares | Sociedad
«España debe empezar a homologarse con el resto de países de la Unión Europea y establecer un permiso de cuidado de al menos siete días al año por persona, que se paga al 100%», ha dicho este jueves la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. la presentación de un informe de la OCDE sobre la protección de las familias en España. Su departamento está negociando con el resto de miembros del ejecutivo una ley de familia en la que se propone incluir este permiso. “Esto te permite quedarte en casa para cuidar a tus hijos cuando han tenido una mala noche de vómitos o un poco de fiebre, que puedes pedir el día para llevar a tus padres al médico o que puedes estar con tu pareja. cuando está enfermo”, dijo Belarra.
Esta es precisamente una de las recomendaciones que hace la OCDE en Libro blanco para un nuevo marco nacional de apoyo y protección a la familia, documento al que tuvo acceso EL PAÍS. Se recogen más de 40 propuestas que la ministra ha definido «la hoja de ruta» que debe guiar los pasos con el objetivo de acabar «con el déficit que España arrastra para apoyar a las familias». Entre ellas, se invita al Gobierno a explorar la creación de una prestación universal por hijo a cargo, medida que ya han puesto en marcha 16 de los 27 países de la Unión Europea como Alemania, Francia o Dinamarca. Belarra reiteró este jueves que su planteamiento es que la ley, que el Gobierno se comprometió a aprobar en 2022, recoja un subsidio universal por crianza -el pasado diciembre anunció que sería de 100 € al mes- y la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad hasta 24 semanas en lugar de las 16 actuales.
Belarra reconoció que el apoyo a la conciliación es una de las grandes carencias. La propuesta de Derechos Sociales e Igualdad es que estos permisos de cuidado, pagados al 100%, puedan ser utilizados para cuidar a cualquier conviviente, así como a familiares hasta el segundo grado de consanguinidad, como abuelos o nietos. La idea es que los siete días previstos se puedan ampliar a nueve si hay que trasladarse a otra comunidad autónoma. Actualmente la legislación prevé para el trabajador sólo dos días de permiso retribuido por causas como fallecimiento o enfermedad grave de familiares hasta segundo grado, lejos de la directiva europea que debe implantar España y que recomienda un permiso de cinco días. El enfoque es que no tiene que ser una enfermedad grave. Esto quiere decir que, de salir adelante, podría aplicarse a casos de covid.
Las organizaciones infantiles y los que luchan por la conciliación reclaman la creación de estos permisos, sobre todo a raíz de la pandemia, cuando el cuidado de los niños ha sido un auténtico quebradero de cabeza para las familias. La presidenta de la Asociación Yo no Renuncio, Laura Baena, explica que este es uno de los puntos que han pedido que se incluyan en el derecho de familia: “Son fundamentales, como hemos visto en esta pandemia, que nos obligó a sobrevivir como podría». Esta entidad advierte, sin embargo, que el estándar aún está en pañales y que es necesario conocer los detalles.
Nuevas definiciones de familia menos «tradicionales»
Además de hacer recomendaciones específicas, la OCDE concluye en su análisis que la sociedad ha avanzado a un ritmo mucho más rápido que el marco legal y económico de protección a las familias, que ha quedado obsoleto. El modelo “tradicional”, consistente en una pareja heterosexual con hijos, ha disminuido y muchos otros se han abierto camino sin una definición armonizada de unidad familiar ni una legislación que los proteja a todos ‘año 2003―. Además, el gasto de los hogares en España es menor que en los países de nuestro entorno y las tasas de pobreza infantil son más elevadas.
El documento, elaborado por la OCDE y financiado por la UE, forma parte de una solicitud de asistencia técnica en 2019 del entonces Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a la Comisión.
Nathalie Berger, directora de Apoyo a la Reforma para los Estados miembros de la Comisión Europea, explica que «el Consejo subrayó» en sus recomendaciones a España la necesidad de «mejorar el apoyo a las familias», ya que es «uno de los más bajos» de la Unión . El gasto en familias e hijos se situó en el 1,3 % del PIB en 2019 frente a una media del 2,3 % en la Unión y del 2,2 % en la zona del euro. El 19,3 % de los niños vivía por debajo del umbral de la pobreza en 2018, en comparación con el 12,9 % de media en los países de la OCDE. El informe confirma que España es uno de los países que menos reduce la pobreza familiar a través de sistemas de redistribución a nivel fiscal o de seguridad social. Finlandia o Dinamarca obtienen mucho más.
Más hijos de padres solteros
La OCDE cree que se necesita un nuevo marco legal. Si bien el derecho de familia ha evolucionado en consonancia con los cambios sociales (aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, divorcio o custodia compartida), la política de familia -la combinación de prestaciones, exenciones fiscales, servicios y permisos de trabajo para la asistencia a menores no autosuficientes- ha no ha sido objeto de «grandes reformas”. La ley de familias numerosas de 2003 sigue siendo el único marco normativo nacional en la materia, del todo insuficiente teniendo en cuenta que el tamaño de los hogares ha ido disminuyendo con el paso de los años. En España, el número de hijos por mujer En 2018 fue, de media, de 1,3, la tasa más baja de la UE, donde la media fue de 1,5 familias monoparentales o reconstituidas, así como el porcentaje de nacimientos de padres solteros (del 18% en 2000 al 47% en 2018), aunque se protegen las situaciones de necesidad de algún tipo de vivienda, se hace “en manera fragmentada”, “con diferencias territoriales”, y no hay una visión global de todos.
El informe, que recopila ejemplos de países vecinos, recomienda incluir definiciones de hogar y tipos de familia específicos. Una definición que alude a la «unión económica o funcional», es decir, a las personas que viven juntas y comparten recursos, y no a la «consanguinidad» (personas que viven juntas por consanguinidad, matrimonio o adopción), como ocurre actualmente en España. Por ejemplo, en Dinamarca decimos que existe un hogar cuando las personas de 25 años o más tienen la misma residencia, un hijo u otro indicador de que son una pareja, como una cuenta bancaria conjunta o una hipoteca.
En palabras de Veerle Miranda, economista sénior del Departamento de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE, es necesario “ofrecer a las familias apoyo continuo desde el nacimiento hasta la edad adulta, ayudar a los padres a lograr sus objetivos de empleo y familias y proteger a todas las familias de la pobreza”. Una «combinación universal de servicios y prestaciones» podría contribuir a la «igualdad de oportunidades y protección para todos los niños». Este es uno de los enfoques que contempla el documento: poner al niño, y sobre todo a sus primeros años de vida, en el centro de la política
Según la OCDE, también debería abordarse la protección económica de los hijos de parejas no casadas, por ejemplo en caso de fallecimiento de uno de los padres, y un mejor apoyo a los hijos en caso de divorcio o separación y la protección de las familias. . padres solteros, que tienen tasas de pobreza muy altas. Cita el ejemplo de Francia, que en 2020 creó un nuevo servicio público para la intermediación en el pago de pensiones en caso de separación, de forma que si el progenitor está en mora, el Estado responde automáticamente y el importe se transfiere a la familia. .mientras se inicia un procedimiento para recuperar el importe del deudor.
Ayuda insuficiente para la familia.
El problema es que la ayuda familiar es «insuficiente» y «fragmentada». En España, la única prestación universal que existía era el cheque bebé puesto en marcha por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, 2.500 euros que se percibían por cada nacimiento entre 2007 y 2011. La mayor parte de la ayuda a los hijos se articula a través de deducciones fiscales, que varían según el número de hijos y su edad, y que no alcanzan a todas las familias ya que quienes no presentan declaración no pueden beneficiarse de ella.
Para las familias pobres hay medidas como el Ingreso Mínimo Vital, que acaba de implantarse la posibilidad de pedir un suplemento por hijo de entre 50 y 100 euros. También existen medidas a nivel autonómico, con grandes diferencias entre comunidades, desde diferente cobertura de la renta mínima de inserción para familias vulnerables hasta servicios directos que se ofrecen a las familias, como las becas de comedor. “Debe garantizarse una protección mínima común en todo el territorio”, en el entendido de que las autonomías entonces traen mejoras, se lee en el informe.
Ante esta situación, José Antonio Noguera, catedrático de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona, señala que por «primera vez un documento de un organismo internacional evalúa la necesaria convivencia de las prestaciones fiscales por hijo a cargo con las prestaciones directas». Ricardo Ibarra, de Platform for Children, una red de 74 organizaciones especializadas en derechos de la infancia, cree que «la OCDE ofrece beneficios fiscales que llegan a todas las familias». Y añade: “España tiene grandes carencias y tenemos que repensar el apoyo a todas las familias, a la conciliación y a la crianza, porque hay un gran déficit que afecta al bienestar de los niños, hay que empezar a plantear beneficios como derechos subjetivos, para ejemplo en la educación de 0 a 3 años, o el permiso parental retribuido” para el cuidado de los hijos más allá del nacimiento.