Seprona: La Patrulla Civil desarticula una red que exportó ilegalmente a Asia 16.000 toneladas de residuos plásticos | Clima y Medio Circunstancia

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La ingente cantidad de dinero que se movía entre las cuentas de las empresas de la red fue una de las cosas que más llamó la atención de los agentes de Seprona, el área medioambiental de la Guardia Civil. Estos agentes tienen la tarea de desenredar una red dedicada al tráfico ilegal de residuos desde España a varios países asiáticos, que hasta ahora ha dado lugar a 27 personas acusadas de delitos ambientales y de organización delictiva. “El negocio de los residuos es muy rentable”, recuerda uno de los responsables de esta operación, denominada Pindaan, que acaba de cerrar. Y más aún cuando se eluden los controles medioambientales y sanitarios y se exportan ilegalmente residuos plásticos contaminados, como habría sido el caso en este caso.

En total, la Guardia Civil detectó 301 envíos ilegales -con 16.000 toneladas de residuos plásticos- salidos entre 2018 y 2020 desde el puerto de Valencia a Malasia, Camboya y Tailandia, entre otros países asiáticos. Allí, los residuos, en su mayoría de la agricultura y los invernaderos, se trataban en plantas clandestinas y el plástico que se podía reutilizar se enviaba a China. Con estos envíos, la red, liderada por cinco ciudadanos chinos, habría generado más de 15 millones de euros, según los cálculos de la Unidad Operativa Central de Medio Ambiente de Seprona.

Para comprender bien esta historia, debemos remontarnos a 2017. En ese momento, el 60% de todas las exportaciones de desechos plásticos en el mundo terminaron en China. El país tenía una gran necesidad de materias primas para su industria, incluido el plástico. Pero lo que me vino a la mente fue un residuo contaminado con sustancias tóxicas y muy difícil de utilizar. Así, a partir de 2018, el gobierno chino cerró sus fronteras a este desperdicio, lo que generó un terremoto internacional. Y los contenedores con residuos, muchos de los cuales proceden de Europa y Estados Unidos, han comenzado a aterrizar en otros países asiáticos como Malasia, Tailandia y Camboya, donde se han multiplicado las plantas de tratamiento en las que los temas laborales, sanitarios y medioambientales dejaron mucho hacer. desear. Allí, lo que se podía separar y reciclar se separaba para venderlo limpio en China.

Mientras tanto, a miles de kilómetros de distancia, los responsables de la red ahora desmantelada por la Guardia Civil han recorrido la zona este de la Península comprando residuos plásticos. “Han ofrecido más de lo que pagaron por este tipo de residuos en el mercado”, dicen las fuentes. En muchos casos se trataba de residuos agrícolas, muy complicados de tratar y «han sido contaminados por productos fitosanitarios», recuerdan las mismas fuentes. Tras recibir un supuesto tratamiento – «fueron triturados y lavados» – se metieron en contenedores y se enviaron al puerto de Valencia para ser exportados a Asia para alimentar la red, que también recogía residuos en Holanda. “La mayor parte de este residuo no ha pasado por el proceso de descontaminación requerido para que los países que lo reciben lo hagan como materia prima y puedan trabajar en la elaboración de los productos. como resultado”, Informó la Guardia Civil este domingo a través de un comunicado de prensa.

La alarma en España se disparó, al menos públicamente, en mayo de 2019. El Ministerio de Medio Ambiente de Malasia bloqueó dos docenas de contenedores en el puerto de la ciudad de Klang tras una inspección. Y decidió enviar cinco de ellos a España porque eran residuos plásticos contaminados. «Devolveremos todos los residuos plásticos contaminados que entren al país y que puedan dañar a nuestra población y al medio ambiente», explicó en su momento el ministerio malasio a EL PAÍS. Además, también advirtieron que los residuos destinados a plantas de tratamiento ilegales serían devueltos a su destino. Esta basura llegó a Malasia con falsas afirmaciones de que no se especificó que estaba tan contaminada que se consideró, en algunos casos, un residuo peligroso.

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Un agente de la Guardia Civil inspecciona un contenedor de residuos. GUARDIA CIVIL (Europa Press)

Tras el establecimiento de Malasia, se inició en España la investigación en la que los agentes del Seprona trabajaron en colaboración con el Ministerio de Transición Ecológica y que fue dirigida por la Fiscalía Delegada de Medio Ambiente y Urbanismo, que ahora será el expediente de una denuncia. contra esta red. Aunque la red estaba dirigida por estos ciudadanos chinos, la mayoría de los sospechosos son gestores y productores de residuos españoles. Ellos son los que vendieron sus residuos plásticos a la red: «sabían que el tratamiento no era el correcto», dicen fuentes de la investigación. «Se compró a un precio superior al precio de mercado para este tipo de residuos», insisten.

Los agentes de Seprona trabajaron en colaboración con Interpol y el gobierno de Malasia. Además de todo el dinero que ha movido la red, a los agentes de la Guardia Civil les ha llamado la atención la mala fama de España en Malasia respecto a los residuos que se envían allí para su supuesto tratamiento y que llegan contaminados con estos productos fitosanitarios.

Gran parte de los envíos realizados por la red eran de plástico procedente de invernaderos, por lo que estaban contaminados con productos utilizados en agricultura intensiva. El manejo de este tipo de residuos, temporada tras temporada agrícola, se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza en muchas zonas del país. Es el caso, por ejemplo, de Almería, donde estos plásticos acaban contaminando la costa.

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